miércoles, noviembre 17, 2010

Al padre le gustan los tabletos, pero al hijo no

Hace 3 meses, Rupert Murdoch calificaba al iPad de dispositivo revolucionario. No era la primera vez que lo hacía: su imperio mediático, y el resto de conglomerados de prensa periódica, habían disparado la atención del público mediante un bombardeo (mediático) por saturación nada sutil. Si lo recordáis, tuvimos la típica histeria pre-lanzamiento de Apple, seguida de cierta decepción al no corresponder el dispositivo a las monstruosas e hypescas expectativas que se generaron.

Después, tan mágicamente como mágico es el iPad, la decepción permutó en mesmerización.

O no. No tenía nada de mágico y sí, como digo, de bombardeo por saturación. Os invito a un pequeño ejercicio: consultad la hemeroteca de vuestro/s periódicos/s de referencia (o que leáis por vicio) de esos días y contéis el número de "noticias" sobre el iPad. No es tan fácil hacer búsquedas sobre las entradas en los telediarios o noticiosos, pero vuestra memoria probablemente os haga el servicio adecuado. Si la totalidad de los poderes mediáticos bombardea a la población, y encima el producto está bien montado y responde a las expectativas del usuario básico, ahí tenemos la receta del éxito (que reconozco que superó mis expectativas).

La pregunta que no muchos se han hecho es ¿por qué ese bombardeo de saturación mediático? ¿Rupert Murdoch y los consejos de administración de los grandes grupos mediáticos cayeron bajo influjos mágicos?

No es por nada: son malos (R. Murdoch malísimo), pero de tontos no tienen un pelo.

Estos momentos coinciden con la peor crisis mediática de la historia moderna. Murdoch reconoció hace año y medio que sus contenidos no iban a permanecer gratis en la web para siempre, tanto porque con la crisis los ingresos por publicidad web estaban cayendo en picado, como porque las ventas del producto en papel sufrían un destino parecido. En ese momento había un problema por solucionar: ya se había tratado de vender acceso a contenidos web, y no había funcionado.

Claro, la gente no va a pagar por leer los contenidos en un ordenador, cuando se los has dado gratis. Cuando los malacostumbras, es inevitable que sean desagradecidos y muerdan la mano que les provee de noticias o, lo que es peor, dediquen menos tiempo al media tradicional y más al social media.

En esos momentos de intensa desazón y picazón, el mayor vendedor de elixires milagrosos de este siglo se pegó una tournée de la ceca a la meca, convenciéndoles de que tenían razón, de que habían detectado correctamente el límite a la venta de contenidos... y que él les ponía encima de la mesa una solución: un aparato físicamente muy diferente a un ordenador, cuidado en la estética al extremo, y para el que se podrían desarrollar versiones software de los periódicos con idéntico cuidado estético y netamente diferenciados de las versiones gratix de la web. Para que la cosa funcione, el invento tenía que llegar al número suficiente de manos.

Eso no era un problema para los magnates mediáticos, claro. Después de todo, una parte nada despreciable de la población occidental ya se tragó que lo blanco era negro (o al revés) respecto a la justificación de la guerra del Golfo o la necesidad imperiosérrima de comprar zillones de vacunas contra la genocida gripe A o, por hablar de España, hasta 2009 se seguía negando la existencia de la burbuja inmobiliaria o afirmando que la vivienda nunca baja.

A lo que voy. El iPad ha sido un éxito apabullante, y me parece difícil de discutir que la presión mediática ha tenido que ver en ello. Ojo, no digo que quien lea esto y se haya comprado un iPad sea una víctima semivoluntaria de los media, pero la deseabilidad del iPod de Bilbao está conectada con su brillo mediático. En cualquier caso, de lo único que quiero hablar es de la relación de los media con el iPad, que ahora se revela tumultuosa.

Podemos leer en Baquia (traduciendo del telegraph) unas declaraciones confusas de James, el hijo de Rupert. Las contradicciones van de lo sorprendente a lo delicioso:
"El problema con las aplicaciones es que canibalizan los productos impresos de una forma mucho más directa que la página web", afirmó. "La gente interacciona con ellas de una forma mucho más parecida a como hacen con el producto tradicional".

Así que según el directivo, no sólo las aplicaciones para tablets son malas, sino que son aún peores que su antiguo enemigo, la Red, a la que consideraban responsable de sus pérdidas de ventas. Por eso muchos diarios de News Corp, (por ejemplo, The Times) se han pasado a la versión de pago.

Pero además, las declaraciones resultan bastante confusas porque, para empezar, pensábamos que de lo que se trataba era de que las aplicaciones sustituyeran a la prensa, de forma que el usuario sigue pagando, aunque sea por la aplicación en lugar de por el periódico en papel.

También es verdad que por ejemplo, Apple se lleva el 30 por ciento de cada aplicación vendida en iTunes, pero las declaraciones de Murdoch (hijo) también indicaban que no tienen problemas con ese modelo. Y de hecho, les parece mejor que el tradicional porque el hombre del quiosco "no lo promociona adecuadamente"
.
Sinceramente, no lo acabo de pillar. Me voy a arriesgar interpretando y aportando coherencia a lo que parece no tenerla: no tiene sentido alguno que se queje del éxito de la solución al problema del descenso de ingresos del papel y de la publicidad web. En el propio texto se observa como las aplicaciones satisfacen incluso aunque Apple se queda con el 30% de los ingresos, porque
We go to the iTunes store because it's frictionless. It charges a percentage but the guy on the newstand and the newsagent charge a percentage, and they don't even merchandise it properly
Apuesto porque la aparente contradicción quiere esconder que la solución no es como esperaban. Que no está compensando ni por asomo las pérdidas acumuladas por el descenso de publicidad web y de ventas de papel. De hecho, es bastante conocido que
News International, which owns NewsCorp's British papers, said this month the Times titles had lost up to 90pc of their online readership and now claimed 105,000 paying customers, including those who had bought the iPad and Amazon Kindle apps.
Diría que esta contradicción tan estupenda es hija de un error de juicio no menos fabuloso: por buenos que sea el marco hardware y el contenido software, lo que puede querer seguir comprando el público es el contenido. La animación puede ser perfecta, pero es el contenido lo que va a hacer volver.

Y la ciudadanía ya está acostumbrada al contenido de noticias gratuito. No sólo eso, cada vez tiene menos tiempo para consumir contenidos mediáticos, porque los contenidos que generan otros ciudadanos compiten cada vez con más éxito con los que hasta hace poco, y en toda esta era moderna, eran los únicos productores de contenidos. Me atrevería a afirmar que para muchos, yo mismo incluido, el contenido acortado de los periódicos es todo lo que podemos dar cuenta a diario.

Los tabletos no han sido la solución de la debacle mediática. Debacle que, todo hay que decirlo, fue precedida por una bajada de los costes más allá de lo razonable y que marcó la diferencia entre el periódico de hace 15 años y el periódico reciente, donde demasiadas veces encontramos faltas de ortografía inaceptables y análisis completamente superficial.

¿Hay solución? No lo sé, pero está claro que la publicidad en web no está produciendo el resultado deseado y que los millones de compradores de iPad de momento no se han lanzado con igual entusiasmo a suscribirse a ediciones tabletadas de sus periódicos y revistas, chispeantes y animadas.

Lo que se me ocurre es que si se olvidaran de la magia del multisobo y bajaran el precio hasta acercarse en lo posible a la compra impulsiva (qué sé yo, al menos un 80% menos que el coste de la edición de papel), si volvieran a dar valor al trabajo de investigación lento, acumulado, libre de frenesí, que volviera a aportar la profundidad que daba el verdadero valor al periódico publicado en un país democrático.

Claro que para ese tipo de contenido, un ereader sería más apropiado que una pantalla retroiluminada.

2 comentarios:


  1. Y la ciudadanía ya está acostumbrada al contenido de noticias gratuito. No sólo eso, cada vez tiene menos tiempo para consumir contenidos mediáticos, porque *los contenidos que generan otros ciudadanos* compiten cada vez con más éxito con los que hasta hace poco, y en toda esta era moderna, eran los únicos productores de contenidos.


    Es cierto que muchos blogs generan contenido que compite con el ofrecido por los medios tradicionales. Sin embargo hay ciertos contenidos que no pueden generarlos los blogs y de hecho tampoco los medios tradicionales puesto que se limitan a comprarlos a las agencias de noticias. En buena parte los medios tradicionales se limitan a seleccionar contenidos considerados relevantes.

    Creo que la verdadera competencia que representa el prosumidor es en tanto que selector de esos contenidos relevantes, en tanto que encauzador del tiempo limitado de atencion de otros prosumidores.

    Cuando compartimos en los medios sociales estamos ejerciendo como prescriptores, de modo que aunque no produjeramos una sola linea de contenido con nuestras selecciones y sugerencias estamos ejerciendo como generadores de contenido, lo cual se hace mas patente aun cuando añadimos comentarios y fuentes alternativas o complementarias.

    En cuanto a la aparente disension entre los Murdoch padre e hijo, supongo que no es tal. Sencillamente las apliaciones del periodico para tablet restan compradores del producto en papel, justamente las del publico mas interesante para la publicidad en tanto que detentadores de un nivel adquisitivo muy confortable. Las metricas y baremos para la publicidad continuan tomando como referencia los ejemplares en papel, ya que tienen bien cuadriculado al publico de referencia.

    La composicion de lugar que se hacian los Murdoch supongo que apostaba por la pijeria total del comprador de la aplicacion para iPad, esto es que la comprarian solo para fardar pero que leer, lo que es leer, leerian el periodico de verdad.

    ResponderEliminar
  2. Interesante artículo, estoy especialmente de acuerdo con el bombardeo mediático sobre el iPad: demuestra la incultura tecnológica de una parte importante del periodismo de este y otros países.

    En cuanto a si el iPad es (o será) la solución a la crisis de la prensa: no, al menos no de la prensa diaria. Será una muleta con la cual andar un tiempo mientras no adapten su oferta informativa, que es donde tienen el verdadero problema.

    Por otro lado, revistas como Muy Interesante están sacando muy buen partido de iPad (y lo sacaran de otras tabletas). Por qué? porque son especialistas en lo que hacen. Podrá gustarte o no, pero no es fácil que un blog compita con ellos. Loes periódicos no son especialistas. Y deberían ser especialistas en ofrecer información elaborada, información de una calidad media mayor que la calidad media de los blogs. Siempre habrá un hiperespecialista con un blog superior a cualquier medio: la pasión sumada al conocimiento profundo no se puede vencer con dinero... aunque puede comprarse con dinero.

    Finalmente: no depende del dispositivo. Depende de la forma de distribución. No puede hacer una App para cada publicación. Tarde o temprano espero que las cosas terminen en su sitio y acabemos accediendo todos a la nube, donde regular el acceso con un simple login y password. Sin DRMs demenciales.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...